dilluns, 22 de febrer del 2016

MÁS PAPANATAS


Hace medio siglo estrenaban películas del Far West una tras otra. Vaqueros, pieles rojas (aún se podía decir piel roja, no era obligatorio lo de "nativo americano"), revólveres, flechas, duelos en medio de una calle polvorienta, bares con el letrero de saloon... Y estepicursores, esas plantas en forma de bola que ruedan de un lado a otro para demostrar lo seco que está todo.... Ahora no, ahora los expertos en cine (qué pesados que son algunos, por cierto) dicen una y otra vez que el western es un género que ya ha muerto, por agotamiento. No hay año en que no salga algún sabihondo anunciando que el western ha pasado a mejor vida. Así llevamos lustros. Y aunque es cierto que se ruedan menos westerns (¡sólo faltaría!), cada tanto estrenan -como Los odiosos ocho- que arrasa.

Bueno, pues en aquellas viejas películas uno de los elementos indispensables era el cartel en el que aparecía la cara de algún forajido y, encima, la palabra Wanted. Debajo, el nombre del pájaro en cuestión, el motivo por el que se le buscaba (haber asaltado un banco era lo más común), una foto de su cara y la recompensa que te embolsabas si dabas con él. Si el sujeto era especialmente peligroso, especificaban "dead or alive", dejando claro que no había que andarse con remilgos. Sin necesidad de meterse en una máquina del tiempo y viajar hasta el siglo XIX, todos hemos visto, en comisarías, aeropuertos y oficinas de correos, fotos de criminales especialmente buscados. 

Pues hay un país donde, ahora, todo eso se ha ido al carajo. Hace poco, siete individuos asaltaron una sucursal del Banco República, el más importante de Uruguay. De los siete, cinco iban encapuchados y dos no. Las cámaras de seguridad captaron el momento y, según la policía, sería fácil identificar a los dos que iban con la cara descubierta. A tal efecto, se dispusieron a publicarlas para que los ciudadanos les avisasen en caso de verlos. La ley de Procedimiento Policial lo autoriza. Pero una juez ha dicho que ni hablar. Que no publiquen esas fotos. ¿El motivo? Que, si después se demostrase que esas personas no habían cometido el delito, podrían quejarse. Tanto da que los vídeos evidencien que estaban asaltando el banco. Según la juez prevalece la presunción de inocencia de los buscados, y que las fotos ayuden a dar con ellos importa poco. Buenismo en estado puro. Imaginoel pasmo de la policía uruguaya. Hoy Jesse James se lo hubiese pasado pipa.

Quim Monzó a Seré Breve 
del Magazine de La Vanguardia, 21/02/16


1 comentari:

Anònim ha dit...

O sigui que pots aparèixer en una gravació robant un banc i ser innocent, interessant...